Entradas

Deseo

 A veces quisiera meterme dentro de tu cabeza y saber qué es lo que deseas, porque como gatita sumisa que soy, si hay algo que me fascina es complacer. ¿Con qué sueñas?, ¿cuál es tu fantasía?, ¿qué te calienta? Puedo ser tu alumna incorregible, o tu maestra estricta, puedo dejar que me amarres y me sometas, puedo metermela en la boca todo el día si te complace. Pero en serio, cuéntame tus secretos, dime qué te apasiona, porque si no me cuentas, tendré que por obligación hacer mil intentos, hasta encontrar eso que te haga vibrar y gemir como un loco.  Quizás tan sólo quieras poseerme rápido y simple, tal como enseñaban los misioneros, y dejarme acostada inmóvil y hacer lo que te plazca con mi cuerpo. Tal vez quieras masturbarte con mis pies, mis piernas, mi trasero, mis pechos y mis manos.  O puede que sólo quieras mirarme. Dime,¿qué es lo que quieres?  Cómprame una leche

Historia Porno

Imagen
Muchas veces me he preguntado cuántas personas, por ejemplo las que leen éste blog, son de los que ven las historias en las películas porno, o si son del grupo que como yo, adelantamos el video hasta el mete y saca (perdón por tal descripción a un acto tan instintivo y poco racional como el sexo, donde lo único que nos distingue de los animales es el consentimiento). En fin, esto me lo cuestiono porque supongo que los productores de estas películas deben usar una que otra neurona para la creatividad, además de la customización para generar personajes más reales, aunque claro, mucho del porno no es absolutamente nada real.   Hoy quiero contar un sueño recurrente que tengo, algunos hasta podrían pensar que más que una fantasía, es un sucubo personal que viene a visitarme. Ella siempre me visita en una especie de sala de clases de alguna universidad, yo soy una profesora estricta y con carácter fuerte, me visto formal, con falda, panties y una blusa ligera; ella en cambio, es una de mis a

(Paréntesis #001)

Acaricias mi piel con tu mano de hierro Haciendo que desprenda lágrimas de fuego. Tan duros son tus dedos que vas desgarrando mi cuerpo corazón entero. Tu peso cae sobre mis deseos Y se mete en mi alma tal si fuera un extranjero: Rompe, ralla, muerde, ataca ya no queda frontera inmaculada.

Un año más

Imagen
Quedando poco para mi cumpleaños me di cuenta de que quería realizar una tradición: tener sexo en la mañana posterior a ese día. Decidí que si no lo hacía, el año sería seco y malo para el placer carnal. Como faltaba poco, pensé en las pocas opciones que tenía; en ese tiempo no había tanta facilidad para encontrar gente desconocida para tener encuentros casuales. La opción que la mayoría usaba en ese entonces era ir a un carrete y buscar parejas ahí, pero yo era una niña buena que salía poco de casa. Entonces quedaban dos alternativas: la primera era buscar a alguien por chat, ahí habían dos ramas y dos grandes peros. La primera rama era el chat online, descartado porque no tenía Internet en casa y estar buscando gente en los cyber era desalentador, no quería que el vecino leyera mis conversaciones. La segunda opción de chats era por sms (sí, se me cayó el carnet, ya nadie usa sms), también lo descarté porque no se podían enviar fotos y de todas formas no quería encontrarme con un sicó

Sin vergüenzas

Imagen
Admito que no siento orgullo y supongo que tampoco tú. Lo que pasó después de la historia que conté antes creo que hasta puede ser un poco obvia. Muchos pensarán que lo dejamos pasar como una anécdota más y cada quién se fue por su lado, pero no. Era imposible no vernos en el trabajo, no desear que sucediese de nuevo. Eras mi debilidad. Verte y mojarme, entrar al baño de la oficina y tocarme, gemir casi en silencio recordando lo rico que fue estar esa noche contigo.  Salíamos del trabajo juntos y conversábamos un largo rato camino a casa, todos los días nos despedíamos en el mismo lugar, en una estación de metro. Usábamos la misma línea en la misma dirección y suponíamos que no sería extraño para nadie. De lunes a jueves éramos compañeros muy cercanos de trabajo, pero los días viernes eran totalmente diferentes.  El último día de la semana hacíamos casi la misma rutina, nos íbamos en metro conversando, pero nunca nos despedíamos, seguíamos de largo hasta la última estación de la línea

Mejor anillo en mano que en bolsillo del pantalón

Imagen
Esta historia es especial, es vulgar y sucia, es indignante, y como tal, debe leerse, entenderse y reprocharse.  Llevaba algún tiempo sola, después de la historia que conté anteriormente. El orgasmo en pareja era una fantasía inalcanzable, según yo, por lo cual no paraba de tocarme a mí misma. Me masturbaba una y otra vez, y a pesar de llegar al final y disfrutar ése breve momento de dicha, donde el mundo dejaba de ser real y sólo quedaba yo y la sensación de placer, rápidamente se esfumaba de forma radical, quedando un enorme vacío. Y a diferencia del orgasmo, la sensación de vacío podía durar días. Sentía que necesitaba a alguien que viera mi placer, a alguien a quien tentar, tocar, besar, lamer, mojar, pero ya no quería volver a cometer el error de estar con alguien que no me gustara. No. Esta vez quería atracción, y ojalá mutua. Y así fue como un día cualquiera, en el trabajo, vi que habían llegado compañeritos nuevos. Yo trabajaba en esos años en un sector donde la mayoría de los

El Bueno, Malo y Feo

Imagen
Mi primera entrada comenzará con el primero de mis pasteles, pero no por eso es el principio de esta historia.  La vida me estaba pegando fuerte y necesitaba un escape, un lugar donde pudiera correr de mis pensamientos, y ese lugar lo encontré en el sexo. Fui virgen muchos años, y cuando era menor de edad amaba sentirme como una fruta prohibida para todos. Siempre intentaba coquetear con hombres mayores, que aunque no me gustaran físicamente, me daban placer sólo deseándome.  Y cuándo me cansé de estar en ese constante juego que no culminaba, busqué a un hombre, cualquiera, por Internet.  Nos conocimos en un mini concierto, en un bar, hablamos, nos reímos, nos besamos. Me pidió mi número y se lo di. Pasaron unos días y pronto llegaría mi cumpleaños, decidí que le entregaría mi primera vez, no porque fuera especial, ni porque él me gustara (porque no lo hacía), sino que sólo porque estaba a mi alcance, rápido, gratis, fácil. Describiré físicamente a este personaje, ya que es importante